miércoles, 27 de julio de 2011

Sábanas caídas



La cama revuelta y las sábanas caídas en el suelo demostraban la pasión que había reinado en la habitación apenas unos minutos antes. En ese momento, dos cuerpos tumbados respiraban con agitación, convirtiendo el aire frío de invierno de su alrededor en cálido vaho. El hombre y la mujer se arroparon con el poco abrigo que aún estaba a su alcance. Sonrieron, primero el hombre y después la mujer. Luego un beso en la frente y el cansancio acabó apoderándose de ambos.
                Cuando abrieron los ojos, alguien estaba introduciendo la llave en la cerradura de la casa. Aún con las breves legañas pegadas, la agitación volvió a apoderarse del dormitorio en apenas unos segundos, pero esta vez era una agitación distinta: alguien estaba entrando y estaba a punto de descubrirles en un momento de flaqueza.
                ¡Debajo de la cama! –le susurró él a ella. Ella en menos de dos segundos se encontró sobre el frío suelo, desnuda, intentando recuperar el aliento por el repentino subidón de adrenalina. Él, por su parte, se vistió con toda la prisa del mundo y al encontrar un montoncito en el suelo con la ropa de la mujer, en un momento de pánico abrió la ventana  y lo tiró todo por ahí. Desde debajo de la cama sonó un gemido casi de dolor al verlo.
                El hombre salió de la habitación y fue a encontrarse con la recién llegada. Desde el vestíbulo se escuchó el sonido de un beso y una conversación banal sobre cómo había ido el trabajo. Yo muy bien, cariño, ¿y a ti cómo te ha ido? – Bien, aburrido en casa. He barrido la cocina. A la mujer de debajo de la cama se le pusieron los ojos en blanco. ¿Bien, aburrido en casa? Le hizo hasta gracia la contestación. Supo que si la otra mujer llegaba a descubrirla escondida, el matrimonio que vivía tan felizmente allí se desmoronaría. Durante unas milésimas de segundo tuvo ganas de salir, desnuda, e ir a dar dos besos a la recién llegada, pero se contuvo. No quería causar un conflicto tan grande, así que se quedaría allí escondida hasta que la casa se quedara en silencio.
                No tardó mucho en ocurrir. En seguida las otras dos personas que estaban en la vivienda salieron con la excusa de ir a comer fuera. No tardarían, fue la promesa que el marido le hizo a su mujer, promesa dicha bien alto para que ella se diera por aludida también. Eso significaba que la quería fuera en menos de lo que canta un gallo.
Esperó. Contó hasta doscientos antes de atreverse a salir de su escondite. Lo primero que hizo fue asomarse por la ventana para ver si su ropa había cado muy lejos. Cuando vio toda su vestimenta desparramada por el patio interior, tres pisos más abajo, se dio cuenta de que no volvería a recuperarla. Sin embargo, necesitaba algo de ropa para poder salir de allí…
Abrió el gran armario que coronaba una de las paredes del dormitorio. Se asomó dentro creyéndose caer hasta Narnia y rebuscó algo de su talla. Tras varios minutos intentando dejar todo tal y como lo encontraba, lo único que pudo ponerse que le quedaba mínimamente decente era un feo traje de color tornasol.  Suspiró al mirarse al espejo, viéndose hortera a más no poder. ¿Tornasol? ¡Hacia eones que había pasado de moda! ¿Qué clase de mujer conservaba un traje tornasol en su armario?
Recogió su bolso de debajo de la cama y se dirigió hacia la puerta.


Cada vez las tareas que nos pone Víctor Conde en el taller de literatura son más dificiles: teníamos que hacer un cuento de entre media y una página que tuviera algo de diálogo y que apareciera alguien llevando un traje de color tornasol por error. ¿Cómo demonios se puede conseguir eso? He hecho más o menos lo que he podido, ya hoy veremos si el profesor me pone mala cara o no :P

2 comentarios:

  1. ¿Y? ¿Te puso mala cara? Yo opino que escribes muy bien, aunque pueda que te leo con buenos ojos porque te conozco. No obstante, he leído muchos libros y a veces escribo, mayormente en holandés porque escribir en un idioma no materna es como andar cojo. Hay un escritor persa, refugiado, que vive en Holanda y escribe directamente en holandés. Sus libros se venden bien, pero cada vez que intento leer algo suyo, pienso: "Parece todo muy profundo y críptico pero sospecho que es porque no sabe expresarse de forma más clara."

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  2. Hola Etteke! Muchas gracias por pasarte por aquí. Me halaga que me leas ^^
    Mi profesor me puso buena cara cuando leí esto. N estaba muy convencida, pero la corrección fue muy agradable.
    Es lógico que escribas en holandés cuando puedas. Lo que puedes tratar de hacer es plasmar una idea en holandés y convertirla luego al español ;) Sé que es lo que hacen muchos amigos bilingües que tengo.

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