Erase una vez, una chica que no bebía nunca café. Un día decidió que tenía que comenzar a estudiar en serio y se tomó una taza después de comer, antes de ir a la biblioteca.
Esa noche, se hicieron las dos de la mañana, y la chica no podía pegar ojo. Y aprendió una importante lección: o lo tomas más a menudo para que no te haga tanto efecto, o no lo tomas nunca.
Esta, señores lectores, es la historia de mi vida.
Irónicamente, estoy tomando café right now. Jej. Saludos Azufre. Hace tiempo que no me paseaba por acá.
ResponderEliminarJuano
Ah, pues vale...
ResponderEliminar¿Y a esto tú lo llamas "microrrelato"?
Si es así, en conclusión, este comentario es otro.
Anónimo: es un microrrelato en cuanto a extensión, por lo poco que dura. Que no te parezca bueno es otra historia, y en ese caso, creo que deberías explicar por qué. Vamos, digo yo. Por sacarle algo de provecho a tu comentario.
ResponderEliminar