martes, 17 de mayo de 2011

Prométeme que será para siempre

Siento que haga tanto que no me pasaba. Tenía mucho trabajo pendiente y apenas he parado.



-¿Seguro que quieres hacerlo? –preguntó él. Ella, tras morderse el labio inferior con gesto preocupado, asintió.
-Me va a doler… ¿verdad? –preguntó. Gran parte de su alma no quería saberlo, pero intuía que lo correcto era preguntar. El chico, sentado a su lado en la cama, asintió en silencio.
-Sí.
Se quedaron en silencio.
-Mi vida cambiará, ¿verdad?
-Sí. Bastante –notaba la boca seca -. De hecho, más de lo que imaginas.
-Pero... ¿eso nos hará estar juntos para siempre?
-Eso sí, sí. Para siempre.
-No me vas a dejar después de esto, ¿no? – El dolor no la echaba para atrás tanto como el pensar que él podía desentenderse después de estar con ella -. Prométemelo.
-Te lo prometo. Estaré hasta cuando tú me dejes estar.
-Entonces está bien. Hazlo.

La muchacha se descubrió el cuello y cerró los ojos, esperando el mordisco. 

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