martes, 7 de diciembre de 2010

Conversaciones con una dama de negro




-Eres interesante
-No lo soy
-Lo eres, no lo niegues. Lo sabes.
-Soy como cualquier otra
-No es cierto.
-Mi juventud te engaña. Soy una persona como cualquiera, con sus defectos y virtudes, sólo eso. No soy especial, no soy única y no soy absorbente.
-No es cierto. La gente de tu generación no se parece en lo más mínimo a ti.
-Eso lo dices tú. Yo los conozco y ellos me conocen a mí. Sí, soy diferente a ellos, pero eso no significa que sea mejor.  Tampoco significa que debas tratarme como algo más que lo que soy: una chiquilla que descubre mundo.

La dama de negro sonrió y le tendió la mano a la joven del suelo. Ella le cogió la mano, levantándose y dejando atrás su cuerpo.
-Tan sólo pienso que si fueras mortal como yo, no te fascinaría tanto.

5 comentarios:

  1. Muy interesante, reconozco que hasta el último párrafo no tenía ni idea hacerca de qué iba el cuento.

    Saludos, Uriel

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  2. Jiji, Uriel, eso era lo que esperaba conseguir ^^


    Está un poco escrito sobre la marcha, al estilo tormenta de ideas.

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  3. Como sabes que me gusta este tema y que he devorado bastantes veces "Sandman" de Neil Gaiman y sus especiales de "Muerte", ésta historia no me ha cogido por sorpresa aunque sí me ha gustado cómo la has llevado.
    Cuentas muy bien las historias, felicitaciones =)

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  4. Debe ser porque aquí, muchas de las formas que se le dan a la muerte es esa desde el título imaginé que sería algo así, la imagen que vino a mi mente al leerlo, fue similar a lo que hacían los ágneles en la película de un ángel enamorado de Nicolas Cage.

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