-Mamita… ya he estado mucho tiempo con papá. Yo quiero volver a estar contigo… -dijo la pequeña a media voz. La mujer al otro lado del teléfono tembló y notó como se desgarraba por dentro.
-Ya lo sé cariño. Por eso voy a volver a casa en noviembre, para traerte a España conmigo.
-¿Puede mi hermano venir conmigo? –preguntó con voz dulce.
-Claro que si, Fernando vendrá con nosotras.
-Me vas a tener que comprar una maleta. La que tengo yo aquí es un poco pequeñita…
-Lo sé, mi luz. Te compraré una maleta muy grande.
-¡Pero yo ya tengo una! –dijo la jovencita elevando la voz. Se dio cuenta de su error y volvió a disminuir el tono -. Papá me puede dejar la suya, que sí que es grande.
-No, no. Te voy a comprar una maleta para que sea para ti sola. Piensa que tenemos que traer tu ropa, tus zapatos y algunas muñecas –intentó convencerla la madre. Se quitó con el dorso de la mano las lágrimas que llevaban un rato cayendo.
-¡Es verdad! –respondió con alegría - ¿Y a mi hermanito le vas a comprar una maleta grande también?
-Claro. Tenemos que traer todas vuestras cosas. Pero mi amor, recuerda que vais a empezar el cole aquí en España…
-Ay, mamita, yo no quiero empezar el cole en España. ¡Yo no sé hablar como los españoles!
-No te preocupes, los españoles no hablan tan distinto. Cambian algunas palabras, pero tu mamita te va a enseñar cuales para que no tengas problema. Además, aquí la gente es muy buena con las niñas bonitas –dijo la madre sonriendo. Al otro lado de la línea una vocecilla se rió con dulzura.
-Gracias mami. Oye, tengo que colgar ya, que tengo que ayudar a papá a hacer la comida. ¿Hablamos a la noche?
-Claro mi amor, te llamo en 8 horas. Dile a tu hermano que le amo con locura. Y a ti también, mi princesita. Ya verás como todo volverá a ser perfecto cuando vivamos los tres juntos aquí.
-Adiós mami. Te amo.
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No creo que haya podido expresar al completo todos los sentimientos que quería, pero... ayer sentí la necesidad de escribir esto. Dedicado a una boliviana que conozco muy bien, que ayer me relató esta conversación con su hija. ¡Sé fuerte!
Es precioso
ResponderEliminarSi se lo lees a ella seguro que se le inunda el corazón de sentimiento
Pues a mí no me gusta. No me malinterpretes, lo has escrito muy bien, y la idea de dedicarlo y escribirlo en base a otra persona me parece genial, pero a mí me gusta el arte que me eleva el ánimo, el que me hace feliz, no el que me hace sentir peor, especialmente si en lo personal no puedo hacer nada por remediarlo. :)
ResponderEliminarSaludos! Uriel
Bueno... no todo lo que escribo es para levantar el ánimo, sino a veces para concienciar. Hay muchas mujeres que van a otros países a luchar simple y llanamente por sus hijos, por sacarles adelante. Creo que era algo necesario, porque muchas veces no nos damos cuenta de ello.
ResponderEliminarSí, yo lo entiendo, y me parece muy bien que lo escribas, pero dado que no puedo ayudar, prefiero seguir en mi ignorancia y feliz ;)
ResponderEliminarUn beso, Uriel