Tania ya sabía que aquello no podía durar para siempre. Normalmente se dice que tras la tempestad llega la calma, pero en su caso todo era al revés: primero la calma y luego la tempestad.
Tania tenía un cuerpo bonito, unos sentimientos de calma y una mente maravillosa. De lo que más se arrepentía, echando la vista atrás, era de su carácter, de su idea de que el ser humano, por el simple hecho de ser, se convertía en humano. El perdón como bandera y la comprensión como idioma la habían llevado al punto del no retorno.
Desde arriba, desde las alturas, Tania supo por fin lo que era la libertad, tras tantos años de cárcel, Un cuerpo humano no está diseñado para aguardar un ángel tanto tiempo dentro. Y cuando un alma puede despegar, ya el espacio infinito se le hace ínfimo.
Desde arriba, desde las alturas, Tania vio como su cuerpo reposaba sobre el cálido mármol, pero no sintió tristeza alguna. Por fin había llegado su momento.
Por fin era libre.
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Ala, hoy caen dos cuentos que hace nada acabe
Azufre, este cuento me deja algo intranquilo. Me parece bonito por la tranquilidad de la chica, por su recién obtenida libertad, pero he de preguntar: ¿la sesinaron?
ResponderEliminarCuando dice "De lo que más se arrepentía (...) de su idea de que el ser humano, por el simple hecho de ser, se convertía en humano. El perdón como bandera y la comprensión como idioma la habían llevado al punto del no retorno." me da la idea de que la han matado por ser demasiádo cándida o inocente, y eso es lo que me deja intranquilo...
Lo de si la mataron, se deja a idea del lector *carita de inocente*
ResponderEliminarjaja, vale, vale.
ResponderEliminarMe recuerda un poco a la vecinita buena e inocente del personaje de "Farenheit 451" de Ray Bradbury (no recuerdo el nombre de ninguno de los dos personajes), cuya muerte/desaparición jamás perdonaré al escritor. Tú al menos me das la alternativa de pensar que no fue asesinada, y hasta me dices que Tania es ahora feliz y libre ;)