-¿Qué haces metido entre esos garrotes cuando hay un mundo tan grande fuera? –preguntó el pájaro cantor a su amigo enjaulado.
-Esta es mi casita –contestó él.
-¡Pues qué pequeña es tu casita! Mi casita es el infinito cielo y las ramas de los árboles son mi columpio.
-Lo que tú digas, pero a mí me dan de comer todos los días y no tengo que pasar frío por las noches. Los gatos no pueden comerme y tengo siempre la pancita llena. ¿De verdad crees que estás mejor que yo?
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