-¿Recuerdas estas calles?
-Las recuerdo bien, aunque no son más que un eco de lo que fueron en su momento
-Aquí fue donde nos conocimos
-Hace ya toda una vida
-Recuerdo que solíamos pasear por aquí. Jóvenes, ilusionados, llenos de planes para el futuro
-Siempre soñando
-Teníamos tanto por hacer, tanto por vivir…
-Pero siempre preocupados, siempre con quebraderos de cabeza
-¿Y qué es una vida sin problemas? Mira, aquél banco.
-Sí, ahí fue.
-Nuestro primer beso. ¿Volverías a hacerlo?
-Sin dudarlo.
-Aún puedo vernos recorriendo estos lugares. Para mí siempre fue algo especial.
-Yo quizás no supe apreciarlo.
-Echo de menos esas sensaciones. Ahora sólo son un recuerdo.
-Es lo único que nos queda.
-¿Estás triste?
-Nostálgico. Son buenos recuerdos, no recuerdos tristes.
-Ojalá pudiéramos volver a empezar.
-Tendremos que conformarnos con recordarlo una y otra vez.
-Valió la pena. Es una lástima que todo tuviera que terminar. Al principio lloraron mucho por nosotros, ¿recuerdas?
-Sí. Pero ya debe de haber pasado mucho tiempo de aquello.
-No lo sé. Ya no noto el paso del tiempo.
-Ni yo. Ahora tan sólo recorremos una y otra vez los mismos lugares, aquellos que más significado tuvieron para nosotros. No nos encontramos con más gente que la que queremos.
-Pero siempre juntos.
-Siempre.
-No necesito nada más. Creo que nunca lo he necesitado.
-Entonces coge mi mano, y paseemos una vez más. Nademos eternamente en este océano de sentimientos y memorias y disfrutemos juntos de nuestro merecido descanso, pues no puede haber mayor dicha cuando la vida se acaba y nos llega la muerte.
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