lunes, 31 de enero de 2011

Taller de creación literaria impartido por Victor Conde. Personajes

Continuación de la transcripción del Taller de Creación Literaria que impartió Víctor Conde en 2010. Continuación de este post
Por mi parte, permito el copy paste (aunque si vais a colgarlo en otro sitio, me gustaría que pusierais el enlace a aquí).

¡Que lo disfruten!




Personajes

Muchas veces, nosotros mismos somos los protagonistas de nuestros escritos, pero conforme el escritor se va aficionando a contar historias que no le ocurren a sí mismo, se crearán más y más personajes ficticios.
Cuando tienes varios personajes, debes tener en cuenta que el protagonista debe ser uno, que no todos los personajes tienen por qué tener la misma importancia.
Nosotros debemos tener claro quién es el protagonista, para que la cámara le siga a él. El protagonista es al que más tiempo le dedicamos y la cantidad de información que damos de él. Puede haber dos protagonistas a la vez, y esto suele ocurrir con historias de personajes enemistados: protagonista y antagonista.
Las historias corales son aquellas en las que no hay un protagonista fijo, sino una historia que se cuenta a través de los ojos de los protagonistas que la van viviendo. Lo importante en este caso es una historia, no un personaje y lo que le ocurre. Un ejemplo de historia coral es El Señor de los Anillos o Canción de Hielo y Fuego.

¿Cómo elegir un personaje? El protagonista va a determinar la historia que se cuenta. No es lo mismo contar la historia del hundimiento del Titanic desde el punto de vista de un rico que la de un pobre.
¿Qué se elige primero, el protagonista o la historia? Primero, se debe elegir la acción y luego el personaje que la vive. En el caso de que haya un personaje que nos fascine, siempre se puede buscar la historia ideal que pueda contar él. Esto último es poco recomendable, porque pueden quedar fisuras en la escritura.



Muchas veces uno se quiere basar en una persona real, ya sea por fascinación hacia esa persona o porque creemos que es adecuada para nuestro escrito. Al basarnos en personas reales, tienes un modelo a seguir para describir a tu personaje, pero la desventaja que tiene esto es llegar a confundir a tu personaje del cuento con la persona real, y así, el personaje ficticio ser lastrado por el personaje real. Por ejemplo, saber que tu abuelo Manuel verdadero nunca haría algo, y esto impedirte que tu personaje Manuel ficticio lo efectúe.
Es bueno hacerse siempre un dossier con información sobre los personajes, especialmente con el protagonista, aunque a lo mejor toda la información nunca sea usada nunca en la historia. Con el dossier hecho, evitamos que el personaje se comporte de una manera incoherente consigo mismo.

Los nombres de los personajes son realmente importantes: no se debe poner nombres sin haberlo pensado antes, pues un nombre debe casar con el carácter del personaje. Aunque también se puede jugar con esto poniendo una personalidad contraria a lo que puede inspirar el nombre (por ejemplo, a un hombre muy bonachón llamarlo Don Severino). Lo último que se elige en los personajes es el nombre que tiene. Los nombres aportan información extra, y por eso son tan importantes.
Hay muchos nombres que inspiran estereotipos: John, Mike, Matt etc. inspiran jóvenes modernos. María, por ejemplo, no es un buen nombre para un personaje, porque rima con un tiempo verbal y pueden surgir rimas involuntarias que alteran el texto (María sabía que comía macarrones).
Respecto a los nombres, hay que tener cuidado con la época en la que se desarrolla la historia. Si hoy en día transcurre una historia en un barrio, un chiquillo puede llamarse Jonathan. Sin embargo, si ponemos ese nombre a su abuelo, viviendo los dos en España, por descontado imaginaremos que es un hombre inmigrante anglosajón.
Los personajes que no sean humanos, deberán tener un nombre acorde con el animalito que sea: los ratoncitos deben tener nombre de ratoncitos, y los tigres nombres propios de tigres. Un tigre, por ejemplo, no debería llamarse Piliwilly (o sí, por el tema de jugar con el nombre. Pero poner ese nombre tan contrario al personaje debe hacerse a conciencia).

Los protagonistas no siempre son los que cuentan la historia: hay personajes cronistas, que son los que cuentan la historia que le sucede a otro.

3 comentarios:

  1. Genial los apuntes, a tener en cuenta sí o sí los que nos dedicamos a esto.

    Me ha parecido bastante curioso por qué nunca podré llamar a un personaje María jeje y lo de los nombres en la ficción es una ciencia a estudiar, ¿cuántos elfos de nombres impronunciables me he cruzado por el camino desde que leo fantasía épica?

    Gracias por estar colgando los apuntes.

    Un saludo.

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  2. Yo lo de los nombres impronunciables de elfos desde que asistí a esta clase, lo supe: son impronunciables para demostrarte lo refinados y únicos que son XD

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